Un cuerpo de texto correctamente ajustado ayuda al lector a no ser consciente del proceso de lectura, evita distraerlo con un ritmo descuidado en los espacios entre líneas, palabras y letras, y lo hace más atractivo.
Probablemente el elemento de página más importante en cualquier producto editorial es el cuerpo de texto. En el caso de los diarios y revistas, donde cada página puede tener varios artículos conteniendo cada uno múltiples elementos, los lectores no perciben de inmediato si un cuerpo de texto está correctamente ajustado, perciben primero las imágenes y los títulos más grandes, pero no prestan atención al cuerpo de texto, al menos a primera instancia. Y ya durante la lectura eso es algo bueno, puesto que un cuerpo de texto correctamente ajustado debería ser imperceptible y no interferir en el proceso de lectura. Debe ser “invisible” para que el lector no se percate de dicho proceso.
En cambio, si el cuerpo de texto no está propiamente ajustado, se toma conciencia de él muy pronto, ya que puede ocasionar mala legibilidad e incluso cansar o disuadir el interés de los potenciales lectores. Es por ello que para nosotros, los editores y diseñadores, este es uno de los primeros factores que debemos atender, y si el resultado es imperceptible y el lector es capaz de recorrer sin obstáculos ni “ruidos” el contenido, entonces sabremos que hicimos un buen trabajo.
Arriba. La percepción visual entre diferentes fuentes del mismo tamaño (quizá difícil de notar en tu pantalla) muestra que la Lyon se ve densa y el llenado de página (o mancha) con esta fuente sería demasiado oscuro. Por otro lado, Garamond se ve espaciosa y produciría una página quizá demasiado brillante. En este tamaño y este ajuste, Caslon parece ser la mejor opción, aunque debemos recordar que lo mejor siempre es hacer impresiones en el papel que utilizaremos, ya que su tonalidad y porosidad también influirán de manera importante en su legibilidad.
Eligiendo la fuente del cuerpo de texto
Cuando estamos buscando la fuente más adecuada para un cuerpo de texto, tenemos que encontrar la que va mejor con el carácter informativo y el nicho de nuestra publicación.
- Podemos elegir fuentes serif ya que se ha probado que son una excelente opción para el cuerpo de texto. Algunas de ellas son Caslon, Jenson, Chronicle, Miller, Palatino, Garamond y Goudy, por nombrar algunas que han demostrado tener el contraste ideal en sus trazos, es decir, un contraste de medio a bajo.
- Aunque sean muy populares, nunca deberías usar Didot o Bodoni u otra fuente similar para cuerpo de texto, ya que éstas no están diseñadas para mostrarse en tamaños pequeños ni para una lectura extensa; el contraste entre sus trazos va de muy gruesos a muy delgados, cansa más al exigir un mayor esfuerzo de la vista.
- Si decidimos por una tipografía sans serif, podemos elegir entre las clásicas Helvética, Franklin, Univers, Gill sans, Meta o Swiss entre muchas otras, y aunque la mayoría prefiere no usar sans serif para el cuerpo de texto en artículos muy extensos, nadie dice que esté prohibido, todo dependerá del enfoque de la publicación.
- Es un hecho es que las fuentes sans serif son un poco más difíciles de leer que las serif, por lo que para evitar arriesgar la legibilidad se recomienda incrementar el interlineado hasta 135–140% para facilitar el retorno y bajada de la vista entre cada línea, necesarios para encontrar el inicio de la siguiente.
- Procura elegir una sola fuente y úsala para el cuerpo de texto de toda la publicación. No obstante, un buen recurso para extender las posibilidades expresivas del texto es elegir dos fuentes: Una serif y otra sans serif, que convivan bien juntas, de tal manera que para diferenciar el carácter de los contenidos de una misma nota o artículo, como en el caso de tablas, recuadros o notas “de color”, puedas alternar entre una y otra opción.
- En cualquier caso, siempre debemos asegurarnos de que las fuentes elegidas provengan de una fundición confiable, que contengan todos los signos y símbolos (glifos) necesarios para el proyecto y que tengan la mayor cantidad posible de variantes.
Tamaños de cuerpo de texto
Cuando diseñamos una revista desde cero, lo primero que tenemos que hacer una vez que conocemos su formato y nicho de mercado, es elegir la fuente que usaremos en el cuerpo de texto y su tamaño. Y a partir de ahí continuamos.
No existen fórmulas exactas para poder ajustar correctamente el cuerpo de texto por sí mismas. El tamaño de la fuente debe funcionar de acuerdo con el ancho de la columna, ésta a su vez con el formato general y el resultado debe ser el apropiado para el tipo de lector. Por ejemplo, digamos que la mayoría de los lectores serán adultos mayores de 60 años o niños pequeños, por lo que para ellos el tamaño del texto debe ser más grande que el de un adulto joven.
El tamaño de un cuerpo de texto puede ir de 9 hasta 12 puntos (pt). Y aunque aquí no existe el “un mismo tamaño funciona para todos”, no te recomiendo utilizar puntajes debajo de 9 o arriba de 12 (si se trata de un producto impreso. En diseño Web el rango aumenta de 12 a 16 pt).
Volviendo a lo impreso, los periódicos y muchas revistas normalmente usan un tamaño entre 9 y 10 pt para el cuerpo de la s notas —obligados por la premura de hacer entrar la mayor cantidad posible de información en el menor número de páginas, a veces arriesgando la leibilidad—, pero no existe ninguna regla que así lo dicte, pues el tamaño elegido también dependerá del peso de la tipografía, mismo que es determinado por la variante (light, regular, bold) y la altura de las X, cualidades que pueden hacer que una fuente luzca más grande o más pequeña, más oscura o brillante.
Arriba. Cuerpo de texto alineado a la izquierda con 12 puntos de indentado (el mismo valor que su interlineado) en la primera línea de cada párrafo y con líneas corondeles (líneas separadoras verticales) entre cada columna.
Alineación del cuerpo de texto
Existen sólo dos opciones cuando se trata de alinear el Cuerpo de texto: Alineado a la Izquierda o justificado a ambos lados, con la partición de palabras activa. Para el cuepo de texto o texto corrido nunca debe usarse una alineación centrada o a la derecha.
Casi no hay diferencias de legibilidad entre un texto alineado a la izquierda y uno justificado. Si planeas utilizar la alineación justificada a ambos lados, deberás hacer ajustes personalizados a los valores métricos de la fuente seleccionada. La alineación a la izquierda generalmente no requiere de dichos ajustes a medida y también puede proveer de un valioso espacio blanco entre columnas, evitando el rígido y monótono aspecto horizontal que crean las columnas justificadas. Esa decisión de estilo dependerá, como siempre, de nuestro nicho o tipo de lector.
En ocasiones podrás usar líneas delgadas para dividir el texto entre columnas alineadas a la izquierda dando el efecto de que están más juntas, pero al utilizar texto justificado esto no es necesario, ya que las columnas quedan perfectamente alineadas en ambos lados, generando entre sí un espacio vacío vertical.
Cada párrafo de texto puede tener un indentado o sangría horizontal en la primera línea, pero aquéllos párrafos que se encuentra enseguida de algún subtítulo no tienen que llevarlo. Éste indentado debe ser de 3 a 6 mm, o más incluso, dependiendo del ancho de las columnas y el tamaño de la fuente. En lugar de indentado, puedes usar capitulares al inicio de un párrafo, pero no abuses de ellas. Tampoco es necesario indentar el inicio de cada párrafo con una capitular.
Después de que ya tienes el tamaño de la fuente, el interlineado y la alineación del texto ideales, crea algunas columnas y llénalas con texto falso. Si utilizas justificación a ambos lados, activa la partición silábica de palabras, verifica que estés usando el diccionario de acuerdo al idioma del texto y realiza ajustes finos en la relación de espacios entre letras y entre palabras. Imprime una página y obsérvala. ¿Luce demasiado gris? ¿O es muy brillante? ¿Los espacios entre cada letra son regulares y uniformes? ¿Y el espacio entre las palabras?
Al efecto que produce el conjunto de estos cuidados se le llama mancha de texto y ésta debe ser óptima, ni muy oscura ni muy brillante. Si no es óptima, prueba con variaciones de tamaño y espaciado, crea nuevas columnas con texto falso, reajusta, imprime y compara. Observa cuáles se perciben y leen mejor. No existen reglas, el resultado óptimo es el que luce equilibrado invitando a su lectura.
Por último, sustituye el texto falso por uno real, y si puedes hacer una lectura fluida, sin interrupciones ni molestias de principio a fin, entonces lo has logrado. Una lectura cómoda depende de la relación entre el familia y tamaño de la fuente (puntaje), el largo de las líneas (dado por los espacios que ocupa), el espaciado entre ellas (interlineado) y entre cada una de las letras y las palabras (interletraje), además del tipo de alineación (justificado a la izquierda o a ambos lados) y de una separación silábica correcta (partición); todo debe estar balanceado y tú eres el responsable de que estos ajustes al cuerpo de texto sean los óptimos para comodidad del lector, así que decídelos sabiamente.